Retinol y retinal

El retinol y el retinal son dos portentos de la familia de las vitaminas A. Y unos verdaderos profesionales en dar a la piel un aspecto fresco y rejuvenecido. Sus puntos fuertes: minimizan arrugas, aclaran lunares y voluminizan la piel. Pese a sus nombres parecidos, estas dos sustancias activas actúan de forma diferente. Sobre todo, existen diferencias en cuanto a la eficacia. Razón de más para mirarnos de cerca ambos héroes de la belleza.

Retinol: el paciente

El retinol es el veterano del panorama de better aging. Una sustancia activa que se toma tiempo para surtir efecto. Porque en la piel, el retinol primero se convierte en retinal. Y después en ácido retinoico. Es solo en esta forma que despliega su efecto. Al cabo de unas cuatro a seis semanas de aplicación regular, se hacen notar los primeros efectos visibles, que pueden variar en función del tipo de piel. Al cabo de unos meses se manifiestan mejoras claras y duraderas en la profundidad de las arrugas y la textura de la piel. Gracias al efecto suave y gradual, el retinol es una buena opción para todo el mundo con piel sensible.

Retinal: el rápido

El retinal ha ganado en popularidad en los últimos años. Ello se debe a las fórmulas mejoradas y mejor toleradas por la piel. A diferencia del retinol, el retinal es una fase previa inmediata del ácido retinoico, por lo que actúa de forma rapidísima y eficaz. El retinal acelera la regeneración celular y la producción de colágeno casi once veces más deprisa que el retinol. ¡Todo un revulsivo! Al cabo de pocas semanas, alivia visiblemente arrugas, líneas y lunares. La elasticidad de la piel mejora. Su alta eficacia lo convierte además en una arma secreta para tratar el acné.

Qué escoger: ¿retinol o retinal?

La decisión entre retinol y retinal depende del tipo de piel y de los objetivos de tratamiento. El retinol es conocido por su efecto suave, por lo que está especialmente indicado para tipos de piel sensibles. Gracias a su efecto progresivo, el retinol estimula la renovación de las células cutáneas de forma continuada, apoyando la producción de colágeno. A la larga, ello permite refinar la estructura de la piel, además de aportarle un aspecto más firme, liso y juvenil durante un tiempo prolongado.

En cambio, el retinal ofrece resultados rápidos y eficaces. Además, está indicado para personas que desean combatir las impurezas cutáneas. Gracias a su rápida conversión en ácido retinoico, el retinal permite alcanzar resultados más directos y eficaces, lo cual permite visualizar más deprisa unas mejoras significativas de la estructura de la piel.

Independientemente de la opción escogida, lo importante es una aplicación continuada. Solamente así se mantendrán los efectos positivos en la piel. Y sobre todo, los productos con retinal o retinol solo se deben aplicar por la noche. Los retinoides vuelven la piel sensible a la radiación UV, por lo que se debe aplicar un protector solar durante el día. Por otro lado, debe prescindirse de exfoliantes durante la aplicación. Así, ¡nada impedirá adquirir una tez rejuvenecida y refrescada!